Tu navegador no soporta JavaScript!
Logo de Grupo Irma, comprender para fortalecer

Ahogarse en un vaso de agua

Ahogarse en un vaso de agua.

¿Alguna vez te has sorprendido minimizando tus problemas? Incluso que cuando los compartes con alguien cercano a ti, cuestionas la magnitud de la situación preguntándote si realmente es tan grave como lo estás sintiendo, o si al escuchar el problema de alguien más te da por comparar y descalificar tu situación porque seguramente el otro la está pasando peor. Inclusive te dices: “Y yo quejándome por esto.”

¿Por qué nos cuestionamos tanto sobre lo que nos hace sentir una situación que estamos viviendo? ¿Por qué simplemente no nos permitimos sentir? Supongo, desde mi perspectiva, que muchas veces estamos buscando etiquetar como bueno o malo a esto o aquello, sumado a esta corriente tan fuerte de evitar la queja y ser agradecido por todo. Es decir, vivir en la queja todo el tiempo no está padre, si algo no te gusta busca estrategias para cambiar esa situación y agradecer tanto lo que tienes como lo que no, sirve como impulso y motivación para superar mejor el momento que estás atravesando.

Regresando al punto, en México, es muy común escuchar la frase: “Ahogarse en un vaso de agua” ya sea para minimizar un problema propio o de alguien más. Se intenta dar a entender que la magnitud del problema no es tan grave o que se trata de una situación menor. Pensando que hay gente, que en cambio se está ahogando en un mar, comparando absurdamente la inmensidad del mar con la cantidad de agua que puede contener un vaso. ¿Por qué nos detenemos a comparar las cantidades? Cuando la clave aquí es que ya sea en un mar o en un vaso, la persona se está ahogando.

Así que, si nos detenemos a pensar, no importa dónde te estés ahogando, la situación que estás atravesando puede estar asfixiándote, impidiéndote ver con claridad las alternativas de solución. Y lo más importante cada persona vive las situaciones de manera diferente, las siente de manera diferente y las puede resolver de manera distinta ya que los recursos emocionales, los pensamientos y las redes de apoyo son diferentes para cada uno.

Tendemos a descalificar nuestros problemas pensando que alguien puede estar peor, y seguramente es así, pero también es seguro que tu problema podría ser el “está peor” de alguien más. Así que no te castigues ni minimices tus problemas comparándolos con los de alguien más. Si te estás ahogando te estás ahogando. Si necesitas ayuda para salir de ahí, pídela, ya sea para “nadar” o para que te ayuden a ver desde otra perspectiva, desde otro lugar, donde te des cuenta de que tal vez la orilla está cerca o que si te pones de pie no te ahogarás más.

No permitamos que nuestro juicio se vea influenciado por lo que creemos es el tamaño de nuestro problema o la opinión que alguien tiene sobre él, porque al final del día, tú eres quien lo está viviendo. Así que es súper válido que, al no sentirnos bien en ese momento, tomemos una pausa ya sea para sentarnos a llorar, a gritar o a desahogarnos, el tiempo que lo necesitemos; para encontrar otro enfoque y así ver posibilidades que contribuyan a la solución.

Date un espacio para ti porque es triste que alguien más minimice una situación que estés atravesando, pero es aún peor que seas tú mismo quien lo minimice, que le quites valor a lo que estás viviendo. Si estás pasando un mal momento, date permiso de estar mal de sentirte mal, porque seguro es lo que necesitas en ese momento, dolerte para después sanar. Lo importante es estar en paz contigo y estar para ti. Atiende el problema, atiéndete a ti.

Tania Aguirre.

Instituto IRMA

Suscríbete

Ingresa tu email y recibe los últimos artículos y novedades de Grupo Irma

También te puede interesar

Reflexiones al rededor del mes de mayo y la celebración del día de las madres.

Reconocer, validar y acompañar son las tres acciones para reflexionar en este camino de ser más empáticas y solidarias con nosotras mismas

Lo bueno de tener visitas

¿Qué sueles hacer cuando alguien va a visitarte?…

El cuidado físico y psicoemocional de niñas y mujeres.

Cuidarnos implica estar en el cambio, en cultivar relaciones más cercanas y en procurar el vínculo sano con el otro. El individualismo nos encierra, nos aísla y la mejor respuesta es el otro, los otros.

Comentarios

3 respuestas a “Ahogarse en un vaso de agua”

  1. Mariza Gòmez dice:

    Que buena e importante reflexiòn, nos recuerda que la empatia hacìa el otro no serà autentica si no soy capaz de mirarme a mi con la misma comprensiòn y compasiòn.

  2. Mari Hernández dice:

    Lo leo y lo releo y cada vez se siente un consuelo al corazón, gracias por mostrarme que ya sea en un vaso o en un mar, el ahogarse, el sentirse asfixiado es lo mismo. Lo importante es buscar ayuda para salir del problema.
    Muchas gracias 💜

  3. Carmen dice:

    Qué bonito escriben, tan clara y cercana la manera de transmitir ideas que muchas veces pasan desapercibidas y no deberían. Nadie debería sentir que sus problemas no importan o que su sentir vale menos que el de otras personas. Este escrito es un curita para el alma. ¡Gracias!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *