Durante los años que tengo de voluntaria en IRMA, he recibido la gratitud de mil formas por parte de mis pacientes cuando finalizan su proceso, todos y cada uno de ellos han llenado mi corazón de Amor.
Lo que me queda de cada uno de mis pacientes, es un agradecimiento sincero, pero lo que ellos deben de saber, es que su proceso y éxito terapéutico son gracias a ellos mismos. Cuando hablo de éxito terapéutico hablo de la disponibilidad de la persona a ser co-participe y responsable de su propia evolución y transformación.
El Tiempo, el Compromiso y el Esfuerzo son algunos de los factores que influyen en el éxito terapéutico. Tiempo que invierte para ver y sentir resultados, Compromiso consigo mismo de continuar aún en circunstancias adversas y Esfuerzo que está íntimamente relacionado con la perseverancia.
Todos sabemos que las cosas que nos cuestan trabajo se valoran mucho más de aquellas que las que no requieren un esfuerzo de nuestra parte (o se nos regalan) ya que podemos caer en no reconocerlas como valiosas; y acabamos valorando más lo que requirió de mí un esfuerzo extra.
En el caso de IRMA y de muchas otras Organizaciones de la Sociedad Civil, que manejan cuotas de recuperación, las cuales son significativas (dado que son organizaciones sin fines de lucro), ayudan a reforzar la idea de que los pacientes adquieran un compromiso personal y a su vez, un compromiso con la organización que les está ofreciendo un servicio, un tiempo y un espacio profesional de atención.
¿Cuándo has conseguido algo importante en tu vida sin esfuerzo, lo valoras?, es ahí cuando hablo de la importancia de pagar por tu terapia, ya que, si estás pagando por ella (esfuerzo), valorarás y reconoces más tus avances y tus logros; sólo tú sabes lo que te ha costado conseguirlos, de lo contrario como beneficiario de la donación tienes la posibilidad de no de adquirir una deuda económica, sino una deuda moral hacia tu terapeuta difícil de cancelar. Por el contrario, cuando pagaste por tu proceso, te da la seguridad, y satisfacción personal de que estás invirtiendo en ti mismo, que, SÍ te interesa tu bienestar, y también importante, que cuando te despidas, no habrá una deuda moral pero sí agradecimiento y podrás pensar y sentir “no te debo nada, estamos a mano, tú estás haciendo tu trabajo y yo el mío.”
Adriana Alemán.
Instituto IRMA
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Comentarios
Muy interesantes los artículos, nuevo enfoque de los hechos