Es natural en la persona humana el no poder vivir, si no lo hacemos en comunidad, tejer redes es un hacer del hombre espontáneo, para poder existir; coexistir. Desde pequeños, nacemos en una red familiar, de amistades, de trabajo, y siempre nos acompañan otras actividades a lo largo de nuestra vida escolar, extraescolar, de hacer negocios, hasta las que tejemos aún en la tercera edad para pasar nuestros últimos días.
Sentirse integrado, perteneciente a algo es algo común en todo ser humano, nos necesitamos siempre, nos fortalece, nos impulsa. Incluso un dolor, una carencia o problema puede generar la necesidad de tejer una red de cuidado para quienes tienen una pena o necesidad particular.
En la sociedad nos unimos en el deseo de responder y ser subsidiarios, solidarios y nos unimos más allá de estas necesidades, en un deseo de trascender el “yo estoy bien ahora”,” he recibido ayuda” y al darme cuenta de esta realidad, y actúo en respuesta para intentar devolver de algún modo lo recibido. Necesitamos de los demás y los demás de nosotros, en esa espiral de cuidado nuestra vida se va haciendo plena.
Una muy querida colaboradora y amiga de IRMA nos compartía en el webinar que recién acabamos de tener “Tejiendo redes de cuidado para fortalecer la salud mental de la mujer”, lo que acaba de vivir: “Mientras más información teníamos sobre lo que padecía mi nieto, íbamos resolviendo, nos íbamos uniendo como familia en una red hermosa de compartir un reto, un dolor común, y desde esa experiencia de mi nuera al enterarse que su bebé tiene una condición especial, empezó a construir un red de empatía con otras mamás que estaban pasando por una condición similar. Hoy, su hijo ha salido adelante y ahora su historia la ha llevado a tocar vidas de personas que sin siquiera conocerlos; han podido contenerse y afrontar juntos su camino único.
El dolor de otros nos cambia y de ahí surge la reflexión en este mes de marzo en el que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, se convierte en un momento excelente para profundizar sobre los logros alcanzados y también para recordar que aún queda mucho por hacer. Un gran acierto que celebro es el poder del apoyo entre mujeres, en donde la lucha propia y la de al lado se vuelven una misma. En un mundo donde la solidaridad, el respeto y la empatía llevada a la acción, son más necesarias que nunca; recordando la importancia de estar las unas para las otras.
La solidaridad y el apoyo mutuo pueden hacer crecer una cultura de respeto y empatía que lleven a la compasión; que es estar junto a quien te necesita. Las causas por las que alzamos la voz las mujeres son muchas y variadas, hoy aprovechamos este espacio por aquellas que han vivido pérdidas gestacionales; que son la misión de nuestra IRMA. Para que no sean invisibles para nadie y puedan seguir avanzando en esperanza.
La sororidad, un término que abraza la idea de hermandad entre mujeres, es una fuerza poderosa que puede transformar vidas. Cuando nos unimos para apoyar mutuamente, no solo fortalecemos nuestros lazos comunitarios, sino que también creamos un ambiente donde todas podemos crecer y prosperar juntas. Ahí están los pilares de esta hermandad que nos recuerda que no estamos solas ni en nuestros desafíos ni en nuestros triunfos.
Uno de los momentos más difíciles que una mujer puede enfrentar, es la pérdida de un hijo antes de nacer. En esos momentos de profundo dolor atravesando un duelo, el apoyo de otras mujeres puede marcar una gran diferencia. La terapia psicológica ofrece un espacio seguro y comprensivo para que cada una pueda explorar sus sentimientos, encontrar consuelo, en particular en el acompañamiento que ofrece IRMA, a través del programa REGINA, pueden abrazar su maternidad y reconstruirse emocionalmente.
El acceso a la terapia psicológica no debería ser un privilegio sino un derecho básico para todas las personas. La salud mental es una parte integral de nuestro bienestar general, y todos merecemos tener acceso a los recursos necesarios para cuidar de nuestra mente y espíritu. Este mes de marzo, fuimos invitadas por “Mercado Pago” para procurar fondos, es decir obtener recursos y así hacer que la terapia sea más accesible para todas. Si quieres sumarte a la campaña este es el enlace: https://www.mercadopago.com.mx/ong/institutoirma Esta tarea también debemos apoyarla eliminando el estigma asociado a la atención de la salud mental, sólo así podemos garantizar que todas las mujeres tengan la oportunidad de sanar y florecer.
En este mes de la mujer, hagamos un compromiso, apoyarnos las unas a las otras, ser solidarias y compasivas. Recordemos que la sororidad es nuestra mayor fortaleza y que juntas podemos crear un mundo más compasivo y acogedor para todas.
#NoEstásSola en tu camino para encontrar bienestar.
Mari Carmen Alva
Instituto IRMA
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