CDMX febrero 2020
Reflexiones desde IRMA
¿Síndrome Posaborto o no?
Un síndrome es un conjunto de signos y síntomas. Por lo que, estrictamente hablando de efectos posaborto, podemos considerar que claramente nos enfrentamos a un conjunto de signos y síntomas comprendidos en diferentes trastornos tipificables. Al igual que en muchos temas relativos a la conducta humana podremos catalogarlos como síndrome; porque pueden corresponder a un cuadro clínico.
Sin embargo, hoy en día, el concepto de Síndrome Posaborto como tal no se encuentra tipificado ni validado en entidad alguna de diagnóstico de trastornos mentales; reconocida local o mundialmente.
El Instituto para la Rehabilitación de la Mujer y la Familia A.C. (IRMA) en México desde el año 2000 ha observado, por medio de la aplicación de pruebas psicométricas estandarizadas y entrevistas clínicas, síntomas que generan un cuadro clínico específico con malestar psicológico en menor o mayor grado y un deterioro en las diversas áreas de vida de las personas que acuden a IRMA en busca de ayuda; para entender el suceso y sanar después de una pérdida gestacional. Lo que confirma lo que los investigadores señalan; el aborto es un acontecimiento estresante y con efectos psicológicos significativos en la mayoría de las mujeres principalmente.
Para IRMA, los efectos posaborto son la aparición de síntomas y signos que siguen a la experiencia de uno o varios abortos y pueden conformar un cuadro clínico, el cual se compone de síntomas de un Duelo Complicado, Trastorno Depresivo, Trastorno de Estrés Agudo y Postraumático, – los cuales si están tipificados-, y síntomas específicos relacionados con la pérdida o fractura de la maternidad.
La experiencia de aborto puede ser percibida como traumática ya que es una experiencia estresante en donde la persona vive hechos que representan un peligro real para su vida o la de otros y/o amenaza para su integridad, esto puede desencadenar un trastorno de estrés agudo (TEA) o postraumático (TEPT) acompañado de ansiedad, trastornos afectivos, consumo de sustancias, duelo complicado. Este último y el TEPT pueden ocasionar estados depresivos de mayor o menor gravedad o intensidad. Los síntomas específicos a los que hace referencia IRMA son aquellos que se viven debido a la naturaleza del evento y del duelo atípico; ya que no se conoció o vivió una relación con la persona que se perdió durante el aborto. No se elaboró el duelo, y esa persona era un hijo que no llegó a nacer; pérdida única y difícil de enfrentar en cualquier escenario.
Dado lo anterior, podemos concluir que al referirnos a un Síndrome Posaborto corremos el riesgo de minimizar, confundir y polemizar sin fundamento la problemática que viven las personas por una pérdida gestacional y quedarnos sólo con un diagnóstico que realmente no es un diagnostico reconocido. Podemos hoy ver los efectos posaborto con una visión integral en la que prevalezca una actitud de comprensión y ayuda ante un cuadro que puede dejar en desprotección a la persona necesitada de contención y ayuda para superar dichos efectos, elaborar el duelo y descubrir un nuevo sentido a su vida a partir del reconocimiento de una herida y el trabajo acompañado para lograrlo.